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¿ Cómo tratar los poros dilatados?
El poro es el orificio del folículo pilosebáceo en la epidermis, la capa más superficial de la piel. Tiene como función principal la liberación de la secreción producida por las glándulas sebáceas, indispensables para la lubricación de la piel. Cuando el diámetro es más grande de lo normal se hace más visible y puede ocasionar un problema estético, sin importancia clínica, conocido como poros dilatado o poros abiertos que se localizan principalmente en la nariz, mejillas y mentón.
Las causas más frecuentes son:
- Herencia genética
- Cambios hormonales
- Envejecimiento
- El acné
- Exposición solar crónica
- Hábitos de higiene
- Maquillaje o polución
Los factores más frecuentes son el hormonal y el envejecimiento. La actividad hormonal también influye en la producción de sebo ya que cuando es excesiva el poro se obstruye y se engrosa. Las pieles seborreicas también tienen los poros dilatados.
El envejecimiento y la pérdida de elasticidad de la piel producida por el paso del tiempo es otra causa por la que puede aumentar el diámetro del poro.
Debido a que la función de los poros es la liberación de la secreción de las glándulas sebáceas, no se pueden cerrar completamente. En la mayoría de los casos no es posible prevenir su dilatación, pero lo que sí es factible es mejorar su aspecto al reducir su diámetro.
Los tratamientos más habituales para ello son:
- Láser fraccional no ablativo
- Luz pulsada intensa
- Láser de CO2
- Retinoides (aplicación tópica o en comprimidos)
El láser fraccional no ablativo actúa reduciendo la producción de sebo y estimulando la actividad de los fibroblastos que son las células responsables de la producción de colágeno.
El tipo de láser más adecuado para reducir los poros varía en función de las características de cada paciente.