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Blog

26 jul 2020

Problemas en la piel por el uso de la mascarilla.

Francisco
Dermatología

Tenemos que acostumbrarnos a utilizar la mascarilla durante un tiempo, por lo que es importante conocer los problemas dermatológicos que pueden producir y qué podemos hacer para evitarlos o minimizarlos. Es importante dejar claro que, a pesar de la incomodidad, picor, molestias etc…, que nos pueda producir tenemos que ser responsables y hacer uso de la mascarilla cuando sea necesario ya que solo de esta manera, junto con el lavado frecuente de manos y el mantenimiento de la distancia de seguridad conseguiremos controlar la situación.

Patologías de la piel que pueden empeorar con el uso de la mascarilla:

El uso continuado de la mascarilla puede agravar dermatosis existentes como el acné, la psoriasis, la rosácea, la dermatitis atópica, dermatitis seborreica y especialmente las pieles sensibles.

Por otro lado, las mascarillas pueden producir irritaciones e incluso heridas en la zona de roce: puente nasal, mejillas y orejas. Para evitarlo debemos llevar la mascarilla ajustada, pero no apretada, pudiendo poner un apósito si fuera necesario en la zona de roce. En la mayoría de los casos es suficiente con aplicar una crema barrera- reparadora al llegar a casa.

¿Por qué las mascarillas empeoran el estado de la piel?

El motivo es el efecto oclusivo que provoca la mascarilla en la zona cubierta por ella ya que se altera la secreción sebácea y también por el aumento de la humedad que se produce al respirar.

Hay que procurar no llevarlas más de cuatro horas; por eso, cuando estemos seguros de guardar la distancia de seguridad con otras personas es conveniente quitársela para facilitar la circulación del aire por la cara.

También es conveniente reforzar la limpieza facial, tanto antes como después de usar la mascarilla con el fin de ayudar a prevenir los brotes de acné o el empeoramiento de otras patologías existentes de base. El limpiador tiene que ser suave y sin aceites. Esta pauta de limpieza facial debe realizarse un máximo de tres veces al día para respetar el manto lipídico.

En cuanto a la hidratación, si llevamos puesta la mascarilla es mejor aplicar cremas con textura ligera como gel o crema-gel, libres de grasas para evitar la oclusión.

Resumiendo, dado que la mascarilla se ha convertido en un complemento que nos va a acompañar durante un tiempo, debemos aprender a convivir con ella y con las alteraciones cutáneas que pueda producir, debiendo consultar con el dermatólogo si aparecen lesiones que no podamos controlar.