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21 jun 2020

El Botox, después de la pandemia.

Francisco
Estética

Esta pandemia, unida al confinamiento que hemos vivido, nos ha traído mucho dolor y sufrimiento. Estas secuelas físicas y psíquicas se reflejan en nuestra piel y expresión.

Ahora que podemos ir recuperando nuestra actividad, queremos vernos mejor para sentirnos mejor, eliminar la cara de tristeza, la piel apagada o una expresión de cansancio.

La dermatología moderna dispone de muchas técnicas que, usadas con sentido común, pueden ayudar a las personas a sentirse mejor. La técnica más agradecida en estos tiempos es el Botox:

  • El Botox relaja los músculos de expresión y al inyectarlo conseguimos eliminar las arrugas del entrecejo, suaviza las patas de gallo, mejora las arrugas de la frente y abre la mirada al elevar las cejas. Estas zonas hoy en día son las protagonistas al llevar mascarilla.
  • El entrecejo transmite una expresión de preocupación, de enfado y al poner Botox en esta zona conseguimos que nuestra expresión sea más relajada.
  • El Botox se puede poner en verano, no hay problema de tomar el sol después de realizar este tratamiento. Por ello, es una técnica que se puede realizar ahora sin peligro.
  • Se ha demostrado que el Botox mejora la expresión de tristeza y nos mejora el estado de ánimo.  De este modo, si nos vemos bien nos sentiremos mejor.
  • Si la técnica de inyección es buena, nadie se dará cuenta que llevamos Botox ya que los resultados tienen que ser naturales. El comentario que debemos conseguir en nuestro entorno es: ¡Que buena cara tienes!

Los resultados naturales no dependen del Botox, sino de cómo se ponga.