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09 oct 2016

Cosméticos: Relación calidad-precio en desequilibrio.

Ascension
Estética

Un estudio sobre 17 cosméticos concluye que no hay gran diferencia en los efectos en la piel, pero si en el bolsillo.

Tener una piel hidratada no tiene por qué salir caro. Es la conclusión que se desprende del estudio que la organización de consumidores OCU ha elaborado analizando el abanico de cremas que se abre  ante el ciudadano en cualquier supermercado o centro comercial.

A veces, dirigirse al expositor de cosmética y elegir el producto adecuado es una decisión más latosa que escoger el melón perfecto en la frutería.

Lo que recomiendan los dermatólogos es, antes de nada, conocer el tipo de piel que se tiene (seca, normal, mixta o grasa) y si tienen reacciones alérgicas como a las fragancias. Eso garantiza que la primera decisión sea acertada.

La segunda decisión depende del consumidor, lo que está dispuesto a pagar por una crema y la fidelidad a una marca.

En la cosmética, existe el mercado del lujo como en la ropa y la joyería, pero gastar mucho dinero no significa que el resultado sea mejor.

En el estudio realizado lo que se ha valorado es la eficacia hidratante, según la comparativa entre los 17 afeites del mercado, la crema más barata –la que oferta una cadena alemana por 2,99 euros – es la que cumple en mayor medida con su cometido, que es el de hidratar el tipo de piel para el que se anuncia.

Entre la anterior hidratante y la que ocupa el último lugar del ranking – de la firma de una marca suiza  – median 16 posiciones y 220 euros de desembolso. Curiosamente, la peor clasificada se  ofrece como “pócima milagrosa”. Las diferencias son abismales por lo que se paga por la última.

De las 17 cremas, 11 obtienen la categoría de “buena “y 6 de “aceptable”, pero ninguna  destaca muy por encima de las demás.

La OCU critica que la norma comunitaria para dar al consumidor máxima información en los cosméticos se queda corta. Por ello recomienda hacer caso omiso a menciones como “hipoalergénico” o “dermatológicamente testado” impresas en los envases, puesto que no son más que un mero reclamo.